El primer vistazo a su casa
Margaret condujo a James a una casa pequeña y desgastada en las afueras de la ciudad. La pintura estaba descascarillada y el jardín parecía cubierto de maleza, señal de que hacía mucho tiempo que no la cuidaba. Al llegar a la entrada, se dio cuenta de lo mucho que necesitaba la casa, reparaciones que alguien de su edad ya no podría hacer sola. Margaret sonrió suavemente, su gratitud era evidente, pero James pudo ver la gravedad de su lucha con más claridad que nunca.

El primer vistazo a su casa
Desembalar la comida y la compasión
James insistió en ayudarla a llevar la compra a la casa. El interior de la casa era tan humilde como su exterior, con muebles viejos y descoloridos y montones de periódicos. Las estanterías estaban escasamente surtidas de comestibles y había un ligero frío en el aire. Mientras desempaquetaba los alimentos, James no podía quitarse de la cabeza la imagen de Margaret viviendo aquí sola día tras día. Había venido para ayudarla con la compra, pero algo le decía que aquello podía ser el comienzo de una responsabilidad mucho mayor.

Desembalar la comida y la compasión

